La monumental estatua de Colón de Ciudad de México será sustituida por una “joven de Amajac”
Muchos mexicanos se estarían preguntando a dónde había ido Colón y cuándo volvería, pero la respuesta es que probablemente no vaya a regresar, al menos al Paseo de la Reforma. Lo cierto es que la historia guarda demasiados momentos oscuros en los que el ser humano demostró, precisamente, muy poca humanidad. Sin embargo, la tradición y la cultura se encargan de que cada región de este mundo tenga una identidad propia y trata de no perder las costumbres a pesar de que estas, muchas veces, están relacionadas con auténticas tragedias. Todo esto es cierto, pero también lo es que no se pueden juzgar algunos homenajes por el simple hecho de que plantean conflictos de hace cientos o incluso miles de años.
Hemos llegado a un punto de la evolución humana en el que se valoran más que antes ciertos aspectos del respeto mutuo, la empatía y la tolerancia y ello hace que algunos gobiernos políticos se replanteen los orígenes de su propia sociedad. En el caso de Latinoamérica, cuenta con un pasado a sus espaldas repleto de violencia, poco respeto, nada de empatía y todavía menos tolerancia.
Habrá mucha gente que defienda que, para los tiempos en los que se dio el descubrimiento del continente americano, los colonizadores podrían haber arrasado y exterminado todo lo que se moviera y, en lugar de ello, intentaron coexistir en cierto modo. En cualquier caso, el suceso que abre este debate viene dado por el reemplazo de la histórica estatua del Paseo de la Reforma que referencia el día en que el navegante europeo, Cristóbal Colón, zarpó hacia tierras americanas.
El pétreo homenaje llevaba retirado ya más de un año por razones de mantenimiento, pero recientemente se anunció a través del Gobierno de Ciudad de México que no volverá jamás a presidir el emblemático paseo de la capital.
¿Qué ha incitado este cambio?
Lo cierto es que, curiosamente, la sustitución del emblemático descubridor viene dada a raíz de un descubrimiento: hace varios meses se halló otra estatua que representaba a una mujer indígena procedente de la Región Huasteca y la jefa del Gobierno anunció recientemente que sería la elegida para sustituir al navegante de origen genovés.
Este monumento ha sido nombrado como “la joven de Amajac” y tiene una gran simbología para las mujeres indígenas con un significado más especial y éticamente correcto que el que podría otorgarle la figura de Colón. También se hizo hincapié en que, dentro de la historia de las culturas indígenas, las mujeres han venido siendo siempre las más discriminadas y maltratadas y este cambio puede significar una llamada de atención y un reclamo por su parte. Además, también supone un levantamiento contra el avasallamiento y una muestra de orgullo en una de las zonas más bonitas y representativas del país.
Estas razones han servido para acallar las posturas en contra de la reforma en el Paseo. Es cierto que el reconocido trabajo de Charles Cordier, autor francés de la escultura, siempre ha sido ciertamente polémico en el país debido a su naturaleza y, probablemente, también ello ha tenido algo que ver para dar luz verde al proyecto. Siempre habrá conflicto en temas que enarbolen el legado del colonialismo y discriminen las culturas indígenas o viceversa.
Los orígenes del cambio
La jefa del Gobierno, la señorita Sheinbaum, dejó constancia de que la decisión fue llevada a debate y consensuada por todas las partes presentes. Entre ellas destacaron la presencia del Comité de Monumentos y varios millares de peticiones registradas por parte de pueblos de origen indígena para que se sustituyera el monumento de Colón por una mujer.
Muchos se estarán preguntando quién fue la joven de Amajac o por qué se le dio ese nombre al hallazgo, esto se debe a que fueron los propios campesinos de Hidalgo de Amajac quienes la encontraron. Según el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia), el descubrimiento de la escultura original fue de forma no intencionada en aquel poblado del estado de Veracruz. Tuvo lugar en unos terrenos agrícolas, donde se encontraba besando el suelo durante mucho tiempo, hasta que alguien decidió voltearla.
Una vez descubierta, entraron los expertos y determinaron que aquella pieza pertenecía a la época anterior al colonialismo hispánico y se trataba de una réplica de una mujer de alta cuna de la cultura indígena de la zona.
Entre las especulaciones en las que se basaron los especialistas, se barajan distintas opciones, pero al final parece ser una gobernante debido a su vestimenta y la posición en la que fue representada. Por otro lado, la mayoría de estatuas de mujeres que se habían encontrado en la Región Huasteca hasta la fecha, tenían un aspecto mucho más ostentoso ya que solían representar a diosas antiguas. Además, cabe destacar que anteriormente, el paseo donde estaba situado Colón se llamaba paseo de la Emperatriz, por lo que el género de la nueva obra de arte tiene bastante sentido.
En cualquier caso, es normal pensar que esta innovación empujará a todo el mundo que pase por el Paseo de la Reforma a reflexionar sobre los orígenes indígenas del continente sudamericano y la importancia de las primeras culturas que habitaron ese mismo suelo. A veces puede parecer inapropiado homenajear culturas antiguas, pero lo que es seguro es que, sin el conocimiento de nuestra propia historia, se repetirían constantemente los mismos errores del pasado.