Se retiran más de 100.000 sopas por información fraudulenta en todo México
La alimentación es la base de una vida sana y la salud es lo más importante de todo. Existen muchos tipos de dieta distintos, pero la gran mayoría de la gente estará de acuerdo en que ha de ser una dieta saludable, equilibrada y rica en proteínas. El problema es que todo esto no es más que teoría y, a la hora de la verdad, todo lo que podemos hacer para asegurarnos de que consumimos buenos productos es leer una etiqueta que no sabemos ni quién la ha escrito. ¿Quién nos asegura que todo lo que dicen los envases de los alimentos es cierto?
Esta situación ha dado mucho que hablar recientemente debido a que una cantidad masiva de sopas instantáneas han sido retiradas debido a que muchas de ellas tenían un excesivo contenido de carbohidratos, sal y grasas y muy bajo de vegetales y proteínas. Debido a ello, el Gobierno Mexicano se vio obligado a retirar todos estos productos fraudulentos de los supermercados. En total, fueron casi 130.000 unidades defectuosas de varias marcas diferentes después de que fuesen sometidas a un control de calidad.
Los resultados demostraron que las etiquetas de los productos no se correspondían con los datos que indicaban o no informaban del valor nutricional apropiadamente. En pocas palabras, engañaban a los consumidores. Algunas de las marcas sancionadas eran prestigiosas y ricas en pollo o vegetales, según sus etiquetas, pero no según los estudios realizados.
La controversial situación fue atajada por la PROFECO (Procuraduría Federal del Consumidor) y resumida tajantemente por Ricardo Sheffield Padilla, procurador federal del organismo, cuando aseguró que se podría obtener más pollo besando al animal que bebiendo de aquellas sopas engañosas.
Esta misma organización comunicó, a través de un mensaje, que colaboraron con el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor. Gracias a ellos pudieron llevar a cabo el examen de las muestras de todas las sopas instantáneas de las diferentes marcas que finalmente se retiraron del mercado.
La Procuraduría alarma sobre el bajo nivel nutricional de las sopas
Una vez terminaron, la PROFECO recopiló los datos de todos los productos requisados, sumando un total de 12 productos distintos de 9 marcas con diferentes modalidades de uso. No eran simplemente las sopas de fideos, sino que las de tipo oriental o las de tazón también fueron criticadas por el organismo y posteriormente requisadas.
Debido a la facilidad de su uso y la accesibilidad de sus precios, las sopas instantáneas son de los productos más vendidos en los supermercados, la gran mayoría solo requieren hervir agua y verterla sobre el producto. Sin lugar a dudas, este debió de ser un duro golpe para los consumidores habituales de este tipo de productos ya que su contribución nutricional ha quedado totalmente desestimada.
- ¿Qué tenían de malo las sopas instantáneas?
Más adelante, los resultados de los exámenes realizados a las sopas fueron publicados en la Revista del Consumidor y se reflejaban todos los ingredientes reales de los productos, con las cantidades y su aporte nutricional real.
En aquel estudio aparecían todos los productos examinados con una “etiqueta” como la que deberían haber mostrado en las estanterías de los supermercados, se advertía del contenido exacto de la proteína, la grasa y los carbohidratos.
Es un hecho que las personas tienen menos tiempo conforma avanza el mundo. Es normal que hoy en día se priorice el trabajo y la gente no tenga tiempo de cocinar a diario, por ello se han popularizado tanto este tipo de productos además de por el factor económico.
La gran mayoría de este tipo de productos contienen agua, carbohidratos, como podría ser:
- Harina de trigo
- Proteína de animal
- Azúcares a modo de sacarosa: glucosa, grasa, fructosa o lactosa sal. También suelen 1contar con fuertes potenciadores de sabor como pueden ser:
- Glutamato monosódico
- Extracto de levadura
- Proteína hidrolizada de soya
Sin embargo, lo que más importa de estos ingredientes es la cantidad que tiene de cada uno. En las sopas instantáneas más reconocidas, se podía apreciar que contenía unos 4,15 gr de grasa por cada 100 gr, pero casi no tenía proteína. En cuanto a los carbohidratos, tenía casi 16 gr.
Para terminar con los resultados del examen de los productos, cabe destacar que algunos de ellos sí contenían vegetales, pero una cantidad menor a los 5 gr para cada 100 gr de sopa. Para lograr el sabor de pollo no usaban pollo real, sino que usaban saborizantes. Como recomendación, la PROFECO advierte a todo consumidor que se precie para que lea las etiquetas detenidamente y no se fíe tanto.
Entre otros defectos comunes de las marcas, algunos productos contenían azúcares sin declarar o no expresaban las kilocalorías y otros, los orientales, venían en algunos casos sin instrucciones con idioma traducido al español.
Además, la PROFECO también hace un llamamiento al ecologismo ya que comentó que los envases en los cuales venían las sopas era poliestireno expandido. Este tipo de materiales tarda muchos años en desintegrarse o biodegradarse. Como parte positiva, se puede sacar que un estudio como este quizá nunca se hubiera llevado a cabo hace 10 años. Es francamente positivo que las empresas empiecen a presionar para que se hagan productos saludables y sostenibles. También es positivo que se retiren los productos que no lo son del mercado y se sancione a las marcas implicadas.